jueves, 13 de marzo de 2008

¿Cuantos dedos ves?

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Acabo de leer este artículo acerca del TLC de E.U y nuestro país, la verdad salen a flote demasiadas dudas, pros y contras.

Repasemos un poco: Colombia es un país que cuenta con salidas a dos océanos, tiene todos los pisos térmicos,  tiene la capacidad de producir casi cualquier cosa agroindustrial, tenemos variedad de especies animales, de frutas, y demás que son apreciadas por todo el mundo; todo esto es un potencial inmenso.

Hay que decir que los países tecnológicamente más avanzados tienen en segundo plano su producción agroindustrial, pero, pero aún comen, aún transforman y vende productos; conclusión, nos necesitan, punto débil que tenemos que aprovechar.

No voy a entrar en la discusión de quien tiene la sartén por el mango en esta ocasión, eso es obvio, es David contra Goliat; sin embargo entre mas grande el "adversario" mayores puntos ciegos tiene, y entre más pequeño el contrario mas agilidad posee.

Tenemos que ser conscientes que muchas empresas nacionales se quedaron dormidas en los laureles, con la fe de carbonero, creyendo que la competencia jamás llegaría y que los consumidores seguiríamos siendo los mismos luego de 20 años donde compramos por absoluta necesidad, el mundo cambia, nosotros cambiamos.

Aquí muchos ases bajo la manga pero no hemos usado ninguno; es cierto que hemos avanzado en vías, hemos mejorado su infraestructura pero nos falta mucho. En carreteras estamos en la edad media, un derrumbe en una vía tapona por horas, días e incluso semanas el transporte desde el centro y hacia el centro del país -¿es algo grave verdad?-.

En aeropuertos estamos mas atrasados que nunca, -¿cómo es posible que el aeropuerto más importante del país este hasta ahora en remodelación?, eso es algo que debimos hacer hace mucho tiempo, mucho antes de que se mencionará siquiera el tema TLC; somos demasiado reactivos y poco proactivos.

El Paradigma de "Papá Gobierno" aún lo tenemos en la cabeza, pero ha llegado la hora de despertar, la globalización no espera a nadie, la velocidad con la que llega arrasa al que no este en su puesto, algo que seguramente les pasará a muchas empresas en nuestro país, lastimosamente.

Yo considero que el TLC es bueno, aumentará los niveles de competitividad, la calidad de los productos, creará guerra de precios, un mercado mas dinámico, aunque quizá no es el momento de firmarlo porque no tenemos la infraestructura suficiente para afrontar ese nivel de competitividad, tenemos las mas grandes industrias en el centro del país, alejadas de los puertos y principales vías de acceso; pero, si no se firma ahora, cuando consideremos que estamos preparados estaremos anticuados.

-¿Cuantos kilómetros de vías ferroviarias se han perdido?-, eso no lo sé, y ese sistema es del siglo XIX, pero es de los menos costosos junto al transporte fluvial, -¿cuantos ríos estamos desaprovechando?-, sin olvidar el escándalo de Dragacol  donde se esfumaron miles de millones, en Colombia la cantidad de ríos navegables es grande, tenemos por mencionar algunos el Río Meta, el Río Arauca y otros, que con una gran o mediana inversión multiplicarían eso en beneficio de las empresas y de los trabajadores/consumidores.

El artículo me sorprende en algunas cosas para bien y en otras para mal, tenemos que prepararnos para afrontar la competencia, recibir sus beneficios y atacar sus debilidades, es el momento de hacer esas grandes inversiones en adquisición de tecnología que seguramente muchas empresas han aplazado, es algo necesario, subir el nivel de competitividad es una obligación y solamente para afrontar competencias extranjeras, también para mejorar la calidad de los productos que nosotros mismos consumimos.

Sí al TLC, con la frente en alto, sin miedos a entrar en el mercado global, sin paradigmas y dogmas caducos de ciertos personajes que logran implantarlos en insulsos jóvenes sin personalidad y con una "papa explosiva" por palabra y una agresión, un grafíti por idea.

Solo me queda una duda -¿realmente son buenas tantas concesiones?-

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