jueves, 13 de diciembre de 2007

¿Revolución Bolivariana? ¿Donde...?

Bueno, este si es un copy & page, de un artículo que salió hoy en El Tiempo, leánlo y cada quien saque sus propias conclusiones; si quieren esto para Colombia, gracias a Dios existe la libertad de expresión, no cerramos canales ni buscamos pleitos.

Piensélo.

http://www.eltiempo.com/internacional/latinoamerica/noticias/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3857892.html

Aumenta el dasabastecimiento de alimentos básicos en supermercados de Venezuela

Ir de madrugada, hacer cola por horas, o enviar mensajes de celular cuando llegan provisiones son algunas de las técnicas que los venezolanos están perfeccionando ante la crisis.

"Yo no puedo venirme a las 5 de la mañana a hacer la cola para la leche. ¿Para qué? ¿Para que me maten los malandros? Mi hijo ya no está tan pequeño, entonces que coma fruta".

Entre molesta y resignada se defiende la señora América Peralta de una vecina del barrio José Félix Rivas, del populoso sector caraqueño de Petare, quien le asegura que bien temprano en la mañana el 'Mercal' de la zona (uno de los cientos que conforma la red estatal de mercados populares) tuvo leche en polvo durante al menos dos horas.

Pero América llegó tarde y no pudo comprar, pues en ese lapso decenas de amas de casa, en frenética carrera, compraron los 720 kilos de leche en polvo que llegaron al local.

El "madrugonazo" para 'cazar' los alimentos es una de las principales maniobras aprendidas por los venezolanos -sobre todo los más pobres- para hacer mercado, en vista de que este año ha sido crítico, en todo el país y para todos los estratos, el desabastecimiento de productos como carne, pollo, azúcar y, últimamente, leche, arroz, pasta, aceite y harina de trigo.

Un vendedor de pollo del mercado principal de la populosa zona Catia, de nombre Arturo Gómez, no puede darse el lujo de no comprar leche. Tiene 3 hijas pequeñas, pero está tan ocupado que tampoco puede aplicar el 'madrugonazo'. Entonces se lanza con otra técnica, quizás más laboriosa, pero que también se ha convertido en práctica común.

"Yo agarro mi camioneta al menos una tarde por semana y me pongo a dar vueltas hasta que consigo lo que quiero. La semana pasada encontré un camión descargando aceite y compré una caja. La leche se la compro a un primo que tiene un local en otro mercado, él me avisa cuando me puede guardar una latica".

'Dos litros por persona'

Esos 'avisos', sobre todo entre amas de casa, suelen darse a través de mensajes de texto por el celular: "Llegó leche en el Central (Madeirense, una gran cadena de supermercados), dejan dos litros por persona, ve con tu esposo".

Dayana García, de la parroquia El Valle, asegura que esa es la mejor forma. "Uno ahora siempre debe tener a alguien que te informe. Entonces uno va corriendo y compra lo que falta, aunque sea poquito".

El control de precios a los alimentos de la canasta básica, vigente e inamovible desde el 2003, es la explicación de los expertos al desabastecimiento, en combinación con la inflación, que solo en noviembre aumentó 4,4 por ciento, y se espera que este año supere el 20. El resultado es una disminución dramática de la producción, pues los fabricantes se niegan a producir sin percibir ganancias.

El Gobierno se niega a flexibilizar el control y ha respondido con una agresiva política de importación que ha creado nuevas distorsiones: compras nerviosas que acaban con los depósitos, precios altísimos en mercados paralelos (vendedores ambulantes) y la limitación de la oferta. "Ahora solo se consigue un aceite horrible de soya, una sola marca, y un solo tipo de arroz", se queja la hermana de Dayana,.

Clara* es una cucuteña nacionalizada, que vive en Caracas desde hace 12 años. Es una buhonera y la gente, como a todos los vendedores ambulantes, la mira con rabia porque ellos sí venden los productos escasos, pero muy caros.

"La gente cree que nosotros nos ganamos un 'realero', pero no es verdad: la leche me llega a 28.000 bolívares el kilo y yo apenas la vendo a 30.000 (el precio regulado es 5.000 bolívares); el azúcar lo vendo a 3.500 y yo lo compro a 3.000 (el precio regulado es 740 bolívares); el bulto de arroz nos llegaba a 35.000 bolívares, pero esta semana lo tuvimos que comprar a 48.000, entonces ahora lo vendemos a 3.000 bolívares (el precio regulado por kilo es 1.785 bolívares)".

La gran pregunta de una señora que escucha la entrevista con la buhonera es a la que nadie le da respuesta: "Si ella, para venderla, compra la comida tan cara ¿Quién se está quedando con toda la plata?".

"La cosa sube en la cadena de producción y distribución. Cada quién trata de ganar un poquito", explica el vendedor de carne Oscar Goncalves, uno de los tantos que se arriesga a vender por encima del precio regulado. "Es que no nos queda otra opción.
Cada semana la carne y el pollo nos llega de 200 a 600 bolívares más caro, y no llega lo que pedimos. Si pedimos 20 cestas, nos llegan 10. Eso del control de precios, con esta inflación, apenas se pudo sostener como por dos semanas, eso no sirve para nada, es una medida puramente política".

VALENTINA LARES MARTIZ
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
CARACAS

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